Arqueología Experimental: Reflejar el pasado. Aprender para el presente
Han sido cuatro días que han reunido en Burgos a 235 personas de 15 países en la que ha sido la IV edición, y la más internacional hasta ahora, del Congreso de Arqueología Experimental, que organizan el EXARC, Experimenta, el Museo de la Evolución Humana y la Universidad Autónoma de Madrid.
A lo largo de las dos jornadas de sesiones científicas del congreso, se han presentado 80 comunicaciones y una docena de posters, que han culminado con una espectacular y divertida visita guiada por los técnicos de la Fundación Atapuerca a los yacimientos y al Parque Arqueológico de Atapuerca, donde los participantes han podido poner en práctica, en vivo, técnicas de construcción de útiles como bifaces de piedra o cuchillos de silex, han practicado la fundición del bronce o han tenido la oportunidad de producir fuego mediante arcos y varillas de madera o conocer la evolución de las técnicas de caza utilizando jabalinas, propulsores y arcos.
Entre las conferencias, que fueron una puesta al día de los programas experimentales que se están llevando a cabo hoy día en el campo de la arqueología, se han podido escuchar temas tan variados como cualquier aspecto que tenga que ver con la especie humana: Algunos grupos presentaron el resultado de sus investigaciones en la reproducción y uso de arcos neolíticos, otros, en el análisis de proyectiles en cristal de roca, en el estudio de las hachas y azuelas en el trabajo de la madera, la piel o el descuartizamiento de animales, la resistencia de materiales, las dietas prehistóricas o la recreación y el uso de material topográfico de época romana.
Una de las más aplaudidas fue la protagonizada por Margarida Genera, quien disertó sobre la recuperación del olvidado sonido de las campanas de entre los siglos III y I antes de Cristo localizadas en yacimientos del Ebro. Su sonido volvió a resonar en oídos humanos gracias a su trabajo de reconstrucción.
Futuro

Eudald Carbonell recibe a los participantes en la Trinchera del Ferrocarril, entrada a los yacimientos de Atapuerca. Foto: © Izaskun Lekuona
Sin embargo, el pasado no está reñido con el presente, o incluso con el futuro. Como afirma uno de los co-directores de los yacimientos de Atapuerca, Eudald Carbonell, “debemos conocer el pasado para proponer el futuro”, y ese futuro parece estar lleno de tecnología y comunicación.
Linda Hurcombe proponía a los asistentes, muy en la línea de la experimentación que persigue el parque arqueológico de Atapuerca, tocar el pasado, pero gracias a las reproducciones e impresiones en 3D y a replicas artesanales, en una conferencia en la que recordaba que el lema de bienvenida de muchos museos es “Por favor, toque”. Incluso los más aficionados de las consolas, tendrán dentro de un tiempo, la oportunidad de jugar a Prehistory, un video juego de rol educacional multijugador on line.

Martin Schmidt, presidente de EXARC practicando la construcción de bifaces de piedra. Foto: © Izaskun Lekuona
Por otro lado, el director de EXARC destacó, que una de las apuestas de la organización es la divulgación del conocimiento arqueológico. Según Roeland Paardekooper “la interpretación de los yacimientos puede interpretarse como el cómo contamos la historia al público”.
En este sentido, el periodista Javier San Martín, doctorando en comunicación social en la universidad del País Vasco, recomendó a los profesionales de la arqueología el uso de determinados recursos del lenguaje radiofónico como las analogías, los ejemplos o las anécdotas, como soporte sobre los que construir un discurso que emocione a la audiencia, en una conferencia titulada “El reto de transmitir y escuchar en el siglo XXI la voz dormida de las piedras”.
Las jornadas contaron también con una exhibición del uso de distintos tipos de taladros fabricados por los seres humanos a lo largo de la historia, aprovechando una exposición temporal que se puede visitar en la planta -1 del Museo de la Evolución Humana.
El programa del congreso incluyó una visita guiada por el museo, en la que los asistentes no sólo pudieron ver y conocer la historia de algunas de las grandes piezas extraídas de los yacimientos burgaleses, sino apreciar, gracias a la experta orientación de uno de los guías, el complejo juego arquitectónico desarrollado por su diseñador y constructor, Juan Navarro Baldeweg, para reproducir la sierra de Atapuerca dentro de sus paredes y para hacer desaparecer la ciudad de Burgos, en el interior, al tiempo que la abraza desde el exterior.
El quinto congreso de arqueología experimental se trasladará a Tarragona en 2017, donde será organizado por el Instituto Catalán de Paleoecología Humana y Evolución Social (IPHES).
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