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El crepúsculo de los Neandertales

19 junio, 2014
Neandertal del Museo de la Evolución Humana de Burgos. Foto: Izaskun Lekuona

Neandertal del Museo de la Evolución Humana de Burgos. Foto: © Izaskun Lekuona

Por qué nos atraen tanto los Neandertales, por qué la arqueología cambia tanto de opinión sobre asuntos que tienen que ver con ellos, por qué es importante aclarar las circunstancias de su desaparición o cuáles son las últimas novedades sobre la cronología relacionada con este género humano, han sido algunas de las preguntas sobre las que Álvaro Arrizabalaga, profesor de Prehistoria en la UPV/EHU, ha basado la conferencia que ha acogido la última Zientziateka, organizada por la Cátedra de Cultura Científica.

Para tratar de dar respuesta a estas preguntas, Arrizabalaga se refirió en primer lugar a la fuente de la que parten las observaciones de los científicos. En este sentido, aseguro que se trata de material muy pobre. “Un maxilar de la cueva del Sidrón, del que procede casi toda la información genética de los Neandertales, es muy pobre y muy poco elocuente y es muy difícil dar el salto a hacer reconstrucciones completas a partir de él. El humero de la cueva de Lezetxiki, el resto humano más antiguo del País Vasco, pese a que está completo, no nos dice mucho en términos antropológicos. Hoy por hoy, somos incapaces de saber si perteneció a un hombre o a una mujer”.

Los paradigmas sobre la arqueología que se refiere a los Neandertales han ido cambiando también gracias a los nuevos modelos de investigación en esta ciencia. Según Arrizabalaga, “la organización de los equipos hace años era completamente piramidal,… ahora nos encontramos con una galaxia de expertos. En Atapuerca, que es un ejemplo paradigmático, son cientos de especialistas trabajando desde perspectivas distintas, y eso hace que de vez en cuando surja un adelanto, una proyección metodológica, como el ADN, en el caso de la antropología. Así nos encontramos que el genoma completo del neandertal está secuenciado, cosa que hace 20 años nadie hubiera imaginado”.

Sobre la fascinación que nos impulsa hacia todo lo que tiene que ver con los Neandertales, el profesor Arrizabalaga se refirió a la imagen especular, es decir, a la proyección que hacemos, de nosotros mismos, sobre ellos. Según dijo, “se trata de averiguar lo que podemos aprender de nosotros mismos, como especie, a partir de lo que observamos de esa otra especie que nos ha precedido, con la que hasta hace poco creíamos que no compartíamos nada, y ahora sabemos que también somos un poco ellos”.

Sin llegar a criticarlas, Arrizabalaga repasó algunas de las reconstrucciones más mediáticas de Neandertales y matizó que, en todo caso, se basan en elementos subjetivos, que poco a poco se han ido humanizando. “Nadie puede decir si eran calvos o no, o si el pelo les llegaba hasta los ojos”, puntualizó. En este mismo sentido se pronunció, en una ocasión anterior, Carles Lalueza–Fox, investigador del Instituto de Biología Evolutiva (CSIC-UPF), sobre el color de los ojos de la reconstrucción propuesta por National Geographic, en noviembre de 2008.

A la izquierda, reconstrucción de un Neandertal adornado con plumas, por Fabio Fogliazza. A su lado, "Eagle-Horse" de la tribu Sicangu en 1909. Foto: http://www.firstpeople.us/FP-Html-Pictures/American-Indians-00.html

A la izquierda, reconstrucción de un Neandertal adornado con plumas, por Fabio Fogliazza. A su lado, «Eagle-Horse» de la tribu Sicangu en 1909. Foto: http://www.firstpeople.us

Otra de las polémicas reconstrucciones, que también ha llegado de la mano de National Geographic, es la “imaginada”, (ese es el término que utiliza Juan Luis Arsuaga, uno de los codirectores de Atapuerca, para describirla), por Fabio Fogliazza, del Laboratorio de Paleontología del Museo de Historia Natural de Milán, a partir del hallazgo, en 2011, de restos de huesos de aves y de plumas, que parecen haber sido rotos, pelados y pulidos intencionadamente, en el interior de una cueva habitada por Neandertales en Italia.

El resultado de la reconstrucción no deja indiferente a nadie (es probable que ese sea uno de los fines), y lo cierto es, que la interpretación de cómo pudieron adornarse con aquellas plumas recuerda en exceso a los primeros pobladores norteamericanos.

Novedades en Cronología

Álvaro Arrizabalaga explicó a continuación algunas de las características de la datación por Carbono 14. Entre ellas, que cada 5.740 años se culmina un periodo de semidesintegración. La mitad del carbono 14 que queda en un animal una vez cazado, en la rama de un árbol cuando se coge, por ejemplo, para hacer fuego, o en una persona que muere, se pierde una después de 5.740 años.

Si vamos sumando periodos de ese tiempo, una vez culminado el séptimo y octavo ciclos los niveles empiezan a ser críticos, porque sólo queda el 0,78% y el 0,39 % respectivamente del Carbono 14 original, y las fechas, entre los 40.000 y 46.000 años coinciden con las que se barajan como aquellas en las que los Neandertales se extinguieron definitivamente. “El séptimo y el octavo son los periodos críticos. A partir de ese momento, cualquier contaminación por parte de elementos orgánicos posteriores, que no controlamos, como una raíz simplemente, puede dar lugar a dataciones erróneas y hacer que las fechas sean más recientes de lo que son en realidad”, advierte Arrizabalaga.

Álvaro Arrizabalaga en un momento de la conferencia. Foto: Izaskun Lekuona

Álvaro Arrizabalaga en un momento de la conferencia. Foto: © Izaskun Lekuona

Precisamente por ello, el profesor Arrizabalaga comenzó en 2005 a aplicar una nueva técnica que permite purificar el colágeno en pruebas de ADN. Con este método se consigue que, en el caso de los huesos, sólo quede una fina capa del material original no contaminado.

Las dataciones realizadas después de aplicar la nueva técnica llevan la presencia de los últimos Neandertales en la península ibérica hasta hace 44.000 años, más antiguas que las primeras fechas atribuibles a la presencia de humanos modernos. La conclusión principal, según Arrizabalaga es que la foto del encuentro entre un Neandertal y un Cromañón no se dio en la península ibérica, “ni siquiera en Europa occidental. Aunque si se dio en Oriente Próximo. Tenemos situaciones en las que a un lado de un rio hay un grupo de Neandertales viviendo en las cuevas, y al otro, al mismo tiempo, tenemos las cuevas ocupadas por grupos de Cromañones. Y esto ocurrió al menos durante 50.000 años”.

Así pues, según el conferenciante, el único escenario realista para la hibridación entre los humanos modernos y los Neandertales, en este momento, sería pensar que se produjo en un vasto territorio de la zona de Oriente Próximo que alcanzaría incluso el Kurdistán.

El "pensador" Neandertal del Museo Halle.

El «pensador» Neandertal del Museo Halle.

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