Los cereales adelantan su floración por el cambio climático
En los últimos años, en la Península Ibérica se ha registrado un incremento de la temperatura media y una ligera disminución, aunque mayor intensidad, de las precipitaciones, lo que ha provocado que los cultivos de trigo y avena hayan adelantado la aparición de la hoja bandera y la floración una media de tres y un día por año, respectivamente.
Las variaciones meteorológicas tienen efecto directo y casi inmediato en las plantas que adelantan o retrasan las etapas de su desarrollo, tanto en su nacimiento como en la floración. Para discernir entre un cambio puntual y una tendencia que se prolonga en el tiempo, los botánicos estudian los desarrollos fenológicos de las plantas, es decir, la relación entre el clima y los ciclos de los seres vivos que, en el caso de plantas herbáceas anuales, abarca desde la semilla hasta su madurez y cosecha.
Para averiguar si los cambios han tenido efecto en los cinco principales cultivos de cereales del país, investigadores de la Universidad de Córdoba han recogido y analizado muestras de 26 puntos diferentes de la España peninsular y Baleares, desde 1986 hasta 2012.
A partir de estos registros, los investigadores del Departamento de Botánica, Ecología y Fisiología Vegetal de la Universidad de Córdoba compararon las fechas de la siembra, la nascencia de la planta, la aparición de la hoja bandera, la floración, el granado y la cosecha de los cereales, con las temperaturas y precipitaciones de aquellos días.
Los científicos han correlacionado los cambios en la fenología de los cultivos de estos cereales de invierno, especialmente durante la primavera, que es cuando se desarrolla la hoja bandera y la floración, con los cambios meteorológicos producidos de forma sostenida durante las tres décadas de estudio.
El adelantamiento en los ciclos vitales de las plantas fue más acusado en el trigo y en la avena, que ganaron de tres y un día al año en sus fases de crecimiento primaveral. También se observó este avance de fechas en la cebada y el centeno, pero no en el maíz, que generalmente es un cultivo de regadío y tiene un ciclo diferente al de los cultivos de invierno. Así pues, el cambio en el régimen de lluvias ha afectado más a los cultivos de secano, que se siembran en invierno, que al de regadío.
Esas cinco especies suponen el 90% de la producción de cereales en España, por lo que los investigadores advierten de los posibles efectos económicos, dada su contribución económica y agrícola.