Un misterio matemático recorre las calles de Bilbao
| Activa Tu Neurona | Dos suicidios aún sin explicación, dos mitades de una carta que encajan entre sí, una rana oculta en un círculo de mariposas de papel, una enigmática construcción soportada sólo por la tensión de una cuerda, los avatares matemáticos ocultos en la historia de un videojuego, una cuenta atrás en marcha y las especulaciones sobre una posible solución al último teorema de Fermat, oculta entre sus cartas y apuntes que, según dicen, daría sentido a todo, son las pistas para resolver el que se ha convertido en el misterio matemático del verano en la capital vizcaína. Qué tienen en común todos estos elementos es la pregunta para la que encontrar una respuesta.
La cuenta atrás está en marcha desde que una cincuentena de personas se reunió la mañana del pasado jueves en una de las salas del Bizkaia Aretoa de Bilbao. Entre ellas, algunas eminentes figuras de la matemática y la divulgación de esta ciencia que trataron de aportar algunas pistas que arrojaran algo de luz sobre este misterio matemático que tiene en vilo a la Villa de Bilbao.
El profesor de la Universidad del País Vasco Raúl Ibáñez propuso un viaje por la literatura que se remontó hasta 1637. Examinando con mimo sus apuntes y legajos encontró la primera formulación del que es conocido como “Último teorema de Fermat”, escrito en el margen de una copia de la Aritmética de Diofanto. Allí podía verse con claridad una fórmula, en apariencia sencilla, que podría ser la clave de todo. Xn + Yn = Zn. Según explicó Raúl Ibáñez, en 350 años nadie había podido demostrar que esta igualdad se cumple para números enteros positivos (X, Y, Z), para valores de n mayor que 2.
Tras esa primera aproximación al problema, Aída Inmaculada Conejo, licenciada en matemáticas y profesora de secundaria, planteó utilizar la llamada geometría del papel, que ha demostrado ser capaz de resolver algunos de los rompecabezas clásicos que los postulados euclidianos no fueron capaces de dilucidar, como la trisección del ángulo. Según dijo, “los primeros libros de papiroflexia incluían complejas descripciones de los pasos a realizar para poder construir algunas figuras”. Más simples, pero no por ello menos enigmáticas eran, precisamente, las mariposas de colores que habían aparecido en la puerta de la sala donde ahora pronunciaba su conferencia. Lo más misterioso de todo, una rana de color rosa, escondida en medio de aquel círculo infinito de mariposas, de la que ni Aida ni el experto en Origami y profesor de matemática aplicada en la Escuela de Ingeniería de Bilbao, José Ignacio Royo, que también se encontraba en la sala, pudieron averiguar su autoría.
También fue complicado atribuir si la autoría de la estructura a medio camino entre lo rígido y lo flexible, formada por barras que parecían flotar casi mágicamente en el aire, tenía la firma del autor de la origámica rana o si, por el contrario, eran otras manos las que habían fabricado aquella tensegridad.
Aida Conejo reconoció que no es fácil dar una definición que describa de forma precisa estas estructuras, que a lo largo de la historia se han atribuido diferentes personas y a las que se ha prestado atención, tanto desde las matemáticas y la física, como desde la arquitectura. Aunque las referencias últimas hay que buscarlas en Snelson y Fuller, lo cierto es que, probablemente, ninguno de ellos pensó en que robots fabricados con esta técnica, podrían estar siendo ensamblados para convertirse en los herederos de los rovers pioneros de la exploración mecanizada en Marte.
Para otro de los profesores de la Universidad del País Vasco, Pedro Alegría, todo aquello podía no ser sino una especie de ilusión o de alucinación fantasmagórica colectiva, de la que nos hizo partícipes gracias a sus reconocidas habilidades como mago. En el fondo, todos aquellos elementos podían ser las piezas de un holograma, un gran truco de magia o desafío que quizá sólo la propia magia podría desvelar.

Aída Inmaculada Conejo y Marta Macho, directora del Curso de Verano de la UPV/EHU, Cultura con M de Matemáticas. Foto: © Javier San Martín
Pedro Alegría husmeó entre sus libros de matemática recreativa y aseveró que “quizá muchos de ellos se escribieran con la intención de proponer ejercicios diversos a los estudiantes, algo que fueran atractivo y no repetitivo y aburrido. Por eso –continuó- no es extraño encontrar entre estas recreaciones algunos juegos de magia matemática planteados como problemas”.
Una mañana de búsqueda, sirvió para constatar, sin embargo, la dificultad para encontrar la fuente primaria de muchos de estos “trucos”, ya que, al funcionar tan bien, han sido adaptados o copiados de unos autores a otros, a lo largo de los siglos.
Finalmente, Elena González de la UPV/EHU y Julia Sánchez, de Digipen, trataron de resolver el secreto oculto recurriendo a las especiales formas que puede adoptar la realidad en la composición geométrica en el diseño, dentro del Multiverso Gráfico, tanto en la vida cotidiana como en los videojuegos.
Los símbolos, unos casi arcanos y otros tremendamente modernos, utilizados por Elena González; y el álgebra lineal, ecuaciones diferenciales y algoritmos imprescindibles para recrear un mundo lo más parecido posible a la realidad, dentro de la pantalla de un ordenador, tampoco terminaron de resolver, por sí solos, la cuestión.
El más poderoso misterio, que había adoptado todas las formas anteriores para revelarse, seguía oculto a la vista de todos… El por qué, año tras año, se ha creado una centuria de fieles seguidores de este Curso de Verano de la Universidad del País Vasco titulado Cultura con M de Matemáticas, este año capitaneado por Marta Macho, hay que buscarlo, posiblemente, en el equipo. En ese conjunto de personas que trabaja codo con codo, sin importar los horarios (aunque importen); en quienes hacen posible que cada año sea un año más, que fueron los primeros en recibir los agradecimientos de la coordinadora; en los ponentes; en el buen hacer de sus distintos organizadores; en los interesantes contenidos y en la calidad divulgativa de las explicaciones, que hacen de este curso de verano una cita imprescindible con la comunicación social de las ciencias matemáticas en la capital vizcaína.
CIBEM 2017
La ciudad de Madrid ha acogido en esta ocasión la VIII edición del Congreso Iberoamericano de Educación Matemática. La Federación Iberoamericana de Sociedades de Educación Matemática (FISEM) y la Federación Española de Sociedades de Profesores de Matemáticas (FESPM) aúnan esfuerzos por visibilizar la educación matemática.
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