NEIL ARMSTRONG HA MUERTO
Aunque se ha podido leer en muchos medios de comunicación que fue el primer hombre en pisar la luna, hay un detalle importante que todos obvian. A él no le tocaba ser el primero. Armstrong era el comandante del Apollo XI, y como tal, no debía ser el primero en abandonar la nave, sino el último, como cualquier comandante de navío, por lo que el honor de ser el primer ser humano en pisar la superficie de la luna, debió haberle correspondido a Edwin Aldrin. Otra circunstancia curiosa es que en la mayoría de las fotos del Apollo XI, es Aldrin y no Armstrong el que aparece retratado. Parece una especie de compensación por no haberle dejado bajar en primer lugar. Extrañamente, sólo en una de las 121 fotografías de Armstrong tomadas con la cámara Hasselblad, aparece nítido.
“Si le dices a Neil que el negro es blanco, puede que te de la razón, sólo por no discutir” dice un conocido. “No lo más probable es que no diga nada”, dice otra persona. “Te sonreirá y pensarás que te está dando la razón. Más tarde recordarás que no dijo una sola palabra”. Life, 4 de julio de 1969.
No debemos olvidar tampoco, que a pesar de que todos ellos eran hombres extraordinarios, Armstrong tenía ese “algo más” que le hacía el candidato perfecto para ser el primero. Afable, con una permanente sonrisa (al menos en público) que encandilaba a las masas, y bien parecido, recordaba al héroe de la Unión Soviética, Yuri Gagarin, que también fue el primero, en este caso en salir al espacio. El doble ganador del Pulitzer, Norman Mailer, le describió como “el sumo sacerdote de las fuerzas de la sociedad y de la historia científica”.
Según la transcripción de la misión Apollo XI, a las 03:00:29:46, Fred Haise, desde el Centro de Control aseguraba que el diario oficial ruso Pravda estaba recogiendo en sus titulares la misión del Apollo XI y calificaba a Armstrong como “El Zar de la nave”.
El astronauta perfecto
Aunque todo acabó bien, pudo acabar muy mal en varias ocasiones. A las “rocas del tamaño de automóviles”, que descubrieron en el lugar elegido para el alunizaje, cuando apenas les quedaban 30 segundos de combustible, y que obligaron a Armstrong a pilotar y aterrizar en modo semimanual, se le unió unas horas más tarde, la falta de una de las palancas del cuadro de mandos.
Según revelo Edwin Aldrin en su libro «Hombres de la Tierra», parece ser que al regresar de la caminata lunar, el propio Aldrin debió romper la palanquita que armaba el motor de ascenso con la mochila de su traje: “Simplemente no estaba. Ese circuito enviaría energía eléctrica al motor que tenía que elevarnos por encima de la Luna… buscamos algo por allí para presionar este disyuntor. Por suerte, un rotulador encajaba en la ranura”.
Hubo muchas frases en aquel vuelo que han pasado a la historia. La más importante sin embargo, no fue pronunciada, sino escrita en el puntal de la escalera de la sección del módulo de descenso. “Venimos en son de paz por toda la humanidad”.
600 millones de personas, la quinta parte de la población mundial de la época, contempló el paseo lunar de Armstrong.
Toda la humanidad siente hoy su falta.
Para saber más:
Los momentos finales del descenso del Eagle: https://activatuneurona.wordpress.com/2012/05/18/fin-de-semana-lunar-con-charles-duke-i-la-emocion-de-los-apollo-xi-y-xiii/
¿Por qué Armstrong usó el pie izquierdo para pisar la Luna por primera vez? https://activatuneurona.wordpress.com/2012/07/21/exposicion-virtual-xix-un-paseo-por-la-luna/
Una foto para la historia: https://activatuneurona.wordpress.com/2012/07/24/apollo-xi-dos-imagenes-para-la-historia/